Ofician misa por las personas asesinadas y desaparecidas en Chilpancingo

Redacción/Juan Blanco

Este domingo fue oficiada una misa por las personas que han sido desaparecidas y asesinadas en Chilpancingo, como parte de la Jornada Nacional de Oración convocada por los obispos mexicanos, para pedir por la paz ante la violencia que se vive en el país.

En la liturgia, se hizo un llamado a las autoridades municipales, estatales y federales, para que busquen a los culpables de los crímenes no en los colectivos, no en los familiares, iglesias ni en los defensores de derechos humanos, sino “en donde se encuentran”.

Alrededor de las 1:30 de la tarde de este domingo, colectivos que aglutinan a familiares que han sido víctimas de la violencia, se dieron cita en las instalaciones que albergan la Casa del Peregrino denominada “Capellanía Nuestro Señor de la Salud”, para participar en la ceremonia.

De entrada, el padre José Filiberto Velázquez Florencio, quien ofició la misa, dijo que “al sentirnos interpelados por la realidad de la violencia que se vive a lo largo y ancho de nuestra República Mexicana, deseamos actuar de manera articulada junto con todos los que claman la justicia, la reconciliación y la paz”, a través de estas acciones religiosas.

Sin embargo, manifestó que “somos conscientes del reto que enfrentamos de mantener la memoria, implorar la justicia, frenar la violencia y ser artesanos de paz”, es por ello que, dijo, “habiendo sido convocados por nuestros obispos mexicanos para esta Jornada de Oración, hoy ofrecemos esta eucaristía para pedir por quienes han perdido la vida a causa de la violencia o se encuentran desaparecidos”.

“Se está pidiendo también por la paz que ha sido rebasada por niveles que jamás habíamos visto. Decirlo como es con todas las palabras: estamos viviendo un flagelo de violencia que ha alcanzado incluso a las iglesias”, indicó.

Es por ello que, reiteró, se unen a esta Jornada de Oración “para encomendar a Dios” a los siguientes desaparecidos: José Rafael Reyna Mendoza, Jesús Pineda Mejía, Ulices, Jonathan Guadalupe Romeo, Eric Nájera Hernández, Eder Pérez Téllez, Miriam Peralta, Juan Sebastián García Antunes, José Luis Martínez García, Crispín Martínez García.

Además, por Juan José López Guerrero, Adrián Sánchez Álvarez, Lucina Josefina Fernández López, Lenin Vladímir Castañón Rodríguez, Fernando Mondragón González, Jesús Jorge Corona, Mari Carmen Rodríguez Nava, Agustín Martínez Organista, Héctor Martínez Vicario, Alessandro Alarcón Mejía, Esaú Meza Rodríguez, Javier Castro Castro, David Vergara Hernández, Luz Raquel Padilla Gutiérrez, Jonathan Unides Baños, Magdaleno Florencio y Luis Guiovani de Aquino. 

Durante su homilía, reprochó el hecho de que las autoridades citan a reuniones a colectivos y firman minutas tras minuta y sigan sin dar resultados, es decir, sigan sin encontrar a sus seres queridos y sin obtener justicia por sus asesinados.

“Vemos que muy poco se avanza porque el interés de ellos y el interés de nosotros son diferentes, porque no son sus hijos de ellos, porque no son sus esposos de ellos, porque no son sus hermanos de ellos; son de ustedes”, señaló.

A nombre de las familias víctimas de la violencia, el también director del Centro “Minerva Bello” hizo un llamado a las autoridades a qué “puedan ser solidarias” y consideró que “en nosotros, en las madres buscadoras, en los padres buscadores, en los solidarios de las organizaciones, en las iglesias, no van a encontrar a los culpables (…) Aquí no están los asesinos, aquí no están los que desaparecen. Pónganse a buscarlos donde están ellos, y dejen a los colectivos y a los defensores seguir trabajando por la paz, por la unidad y la justicia”, llamó.

Pidió: “Sigan apoyando a los colectivos, sigan apoyando a todas las madres que están en búsqueda de sus hijos”, y confió que “ojalá que este llamado pueda llegar para que podamos todos juntos colaborar por un mundo más justo y lleno de paz donde no haya ningún desaparecido, ninguna desaparecida y ningún asesinado más”.