Redacción/Juan Blanco
San Miguel Totolapan, Gro., 06 de octubre de 2022. – No fueron 18 muertos como dice el Gobierno de Guerrero ni 20 como informó la federación, sino 23 lo que dejó el ataque armado en San Miguel Totolapan, ubicado en la región de la Tierra Caliente del estado, aseguraron habitantes, uno de los cuales contó que hasta “granadas y bombas” dispararon los más de 300 “sicarios” que irrumpieron en el pueblo.
A un día de los hechos, las calles y el mercado principal lucen casi desolados puesto que la mayoría de las familias están resguardadas en sus viviendas porque tienen temor de perder la vida; los negocios están cerrados, el transporte público y las clases se encuentran suspendidas, en tanto que los productos de la canasta básica y las bebidas como el refresco y la cerveza, comienzan a terminarse. Algunas familias también se preparan para desplazarse fuera de la entidad.
Decenas de casquillos de balas que dispararon los asesinos con sus fusiles AR-15 y AK-47, aún están esparcidos por todas partes, y los impactos en la fachada del Ayuntamiento Municipal donde estaban decenas de trabajadores laborando al momento de los sucesos y que fue uno de los objetivos de la célula delictiva, lucen intactos y las ventanas del inmueble rotas por los disparos.
Entre los juegos mecánicos instalados dentro y en los alrededores del zócalo como parte de la feria en honor al santo patrono San Miguel Arcángel que inició el 29 de septiembre y que terminaría el 8 de octubre pero que fue suspendida por la masacre, todavía hay casquillos de las municiones que terminaron con la diversión de las niñas y niños que hacían uso de ellos.
“Sentí miedo, llegué a pensar que me matarían pero corrí y me escondí”, contó Don José Salgado, quien se dedica a recolectar y vender botes de aluminio para juntar algunos pesos para subsistir y que al momento de la balacera estaba afuera de una vivienda descansado y donde también pasa la noche, dado que no tiene un hogar donde dormir, cuenta.

Aun cuando ya hay presencia del Ejército Mexicano, Marina y Policía Estatal, el ambiente que se respira es tenso, inseguro y temeroso, de modo que las personas se niegan a dar detalles a los reporteros de lo ocurrido, pero lo poco que algunos relatan es que fue media hora de ataques armados simultáneos en diferentes puntos.
“Estuvo muy feo. Hasta granadas y bombas tiraron”, contó brevemente un adulto mayor acompañado por su esposa que iban pasando por el zócalo.
Uno de los puntos atacados fue un autolavado ubicado en la calle Emiliano Zapata del barrio de San Pablo, donde fueron ultimadas a tiros unas 10 personas, entre ellas el alcalde perredista del municipio, Conrado Mendoza Almeda, su papá, el también ex primer edil Juan Mendoza, así como el cuñado del primero, Gustavo Salazar, quien, de acuerdo con las autoridades tiene la ciudadanía estadounidense.
Entre otras de las víctimas, aseguraron los pobladores, también se encuentran el ex candidato del PAN a la alcaldía, José Alberto Slim; sin embargo, ninguno de éstos últimos había sido sepultado hasta hoy, dado que sus cadáveres fueron llevados junto a otros cinco a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) de Iguala, para practicarles la necropsia de ley, según la información oficial.
Otra de las personas muertas es Eric Contreras, de 15 años de edad, quien recibió cuatro tiros en su espalda cuando únicamente transitaba a bordo de su motocicleta afuera del Palacio Municipal, contó su papá Pascual Contreras, quien con llantos, flores y alabanzas, él y otros de sus familiares, amigos y conocidos lo sepultaron en el panteón local.
De igual forma, le dieron el último adiós a Martín Crescencio Lozano, quien, bajo el apodo de “El Paletero” por dedicarse a vender paletas de hielo era muy conocido en el pueblo, murió en el autolavado donde se llevaba a cabo una reunión entre el munícipe Conrado Mendoza y su equipo de trabajo.
“Nuestro hermano vivirá en nuestros corazones y en nuestras mentes. Así como él ha partido, mañana partirá en nosotros porque es la ley del destino de la vida. Que Dios lo reciba en su santa gloria”, dijo uno de los familiares de Martín, quien fue despedido con aplausos y exigencias de justicia.
Las versiones de los pobladores indican que fueron al menos 300 los civiles armados que irrumpieron en el poblado y abrieron fuego en varios puntos dejando al menos a 23 víctimas mortales.
Aunque no precisaron a qué tipo de célula delictiva corresponden, este jueves el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja informó primero que la cifra oficial es de 20 muertos y aseguró la masacre es derivada de una disputa entre “La Familia Michoacana” y “Los Tequileros” quienes éstos últimos se supone estaban extintos y eran liderados por Raybel Jacobo de Almonte, alias “El Tequilero”.
Por su parte, la Fiscalía General del Estado informó que son 18 las personas asesinadas, en tanto que la gobernadora del estado, Evelyn Salgado Pineda lamentó y condenó estos hechos y dijo el miércoles 05 de octubre que las autoridades de justicia ya estaban en la escena realizando las primeras investigaciones, no obstante, fue hasta casi 24 horas después que arribaron para levantar los indicios.