***Restos eran exhumados para revender sus tumbas
Con la complacencia de los gobiernos municipales anteriores se enquistó un sistema de corrupción al interior de los panteones públicos de Chilpancingo en el que los administradores de los cementerios incurrieron en prácticas deleznables: sacar restos humanos de sus tumbas para vender esos espacios a nuevos usuarios.
El pasado 31 de enero la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, habló por primera vez del tema.
En una de sus conferencias de prensa semanales dio a conocer que en el área responsable de administrar los panteones del municipio se descubrió “una mafia administrativa” que, mediante amenazas y acciones de intimidación, pretende seguir con estas prácticas.
“Quiero destacar que ha habido tres cambios en lo que corresponde a la administración de los panteones, pero ha sido un tema de amenazas, no ha sido fácil el poder romper al interior una mafia administrativa, incluso a nuestro primer director le quemaron su camioneta cuando iniciamos los primeros 15 días”, señaló entonces.
Fue hasta que la Contraloría Interna, a cargo de Erikc Javier García Ocampo, inició una auditoría en el Panteón Central de Chilpancingo, ubicado en la colonia Progreso, que se dimensionó el problema. Las investigaciones arrojaron la existencia de tumbas que fueron exhumadas para ser vendidas de nueva cuenta; también identificaron tumbas instaladas en espacios prohibidos y que se comercializaron de manera irregular.
De igual forma, las autoridades encontraron que varias tumbas fueron desplazadas de su lugar original para que generar más espacios, lo que se traduce en más lotes para venta; y descubrieron fosas vacías pero que contaban ya con lápidas construidas para simular que eran tumbas en uso o abandonadas, esto a manera de apartar espacios para ofrecerlos a posibles compradores.
De acuerdo con los resultados de la auditoría, a los que este reportero tuvo acceso, se iniciaron 16 procedimientos administrativos por estas irregularidades, de los que 15 están en proceso de investigación y uno en sustanciación.
En entrevista, el contralor, Erick Javier García, expuso que estas no son las únicas irregularidades detectadas. También descubrieron que los servicios que pagaba la ciudadanía, como el predial y mantenimiento, no ingresaban a las arcas municipales.
“Empezaron a surgir manifestaciones de ciudadanos, quejas, de que a la hora de querer pagar el predial o pagar el mantenimiento de sus tumbas, el sistema arrojaba que tenían adeudos, pero ellos aseguraban tener sus tickets o notas de pago firmadas por el administrador”.
Fue así como la Contraloría identificó que los administradores del panteón cobraban esos servicios pese a no tener facultades para ello, pues los pagos correspondientes deben hacerse directamente en el área de cajas del ayuntamiento.
“Ellos hacían sus talones y ahí cobraban este pago, esta anualidad, y aunque usaban el sello oficial de la administración del panteón, para efectos de fiscalización municipal carecen de validez, puesto que todo ingreso debe entrar por las cajas del ayuntamiento municipal, de las áreas que corresponden. Ellos no deben recibir un solo peso, sin embargo lo estaban haciendo”.
La auditoría reveló que los administradores del Panteón Central identificaban las tumbas abandonadas, exhumaban los restos, limpiaban el área para no dejar evidencia y ofrecían ese espacio a nuevos usuarios por un precio de entre 45 mil y 65 mil pesos.
Además, se aprovecharon de que el libro de registros no fue cambiado en los últimos 20 años, lo que les facilitaba manipular la información y agregar números de folios inexistentes. Con esto podían vender lotes en áreas prohibidas, como los pasillos del panteón, y desplazar otras tumbas, junto con sus restos y criptas, para generar más espacios.
En total, la Contraloría Interna del gobierno capitalino ha identificado 32 tumbas que fueron desplazadas o de las que se exhumaron los restos para revender el lote, aunque la cifra podría ser más alta, pues no todos los usuarios denuncian estas irregularidades.
En este esquema de corrupción también está involucrado personal del Registro Civil municipal. De acuerdo con el contralor, cuando los administradores del Panteón encontraban lotes disponibles en áreas permitidas y que contaban con un registro, consultaban su disponibilidad con trabajadores de esa dependencia. En caso de que el espacio no tuviera un dueño se ordenaba la construcción de un nicho o cripta para simular que ya estaba ocupado y así apartar el espacio, lo que les permitía ofrecerlo en venta.
“Tenemos registros de que estas irregularidades sucedieron antes de septiembre de 2021, de enero a septiembre del año pasado se incrementó esta práctica porque ya se iban. Entonces es importante seguir observando de cerca”.
Otra de las inconsistencias identificadas por la Contraloría fue que varios albañiles están instalados permanentemente dentro del panteón para ofrecer sus servicios a los usuarios. Las investigaciones refieren que los albañiles son cómplices en la venta irregular de tumbas, pues son quienes se encargan de ubicar y reportar las que están abandonadas para exhumar los restos, así como de construir las tumbas falsas.
Pese a que no son trabajadores del ayuntamiento, los albañiles se han apropiado de espacios dentro del Panteón Central, pues han construido al menos cuatro almacenes para guardar su herramienta; aunado al hecho de que utilizan la electricidad y el agua del lugar sin pagar un solo peso.
“Estas personas operan como una especie de halcones, hacen el trabajo de campo, están vigilando cuáles son los espacios que son susceptible de invadir, de desplazar o de cambiar tumbas olvidadas”, refiere García Ocampo.
Ante este cúmulo de irregularidades, la alcaldesa Norma Otilia Hernández Martínez ha establecido como una de sus prioridades el combate a la corrupción en los panteones de Chilpancingo. Por ello ha ordenado la elaboración de un nuevo reglamento interno para los cementerios públicos de la ciudad, así como un sistema digital de registro para evitar la manipulación de la información. También buscará regularizar a los albañiles y se aplicará una auditoría al Panteón Nuevo, que se encuentra al norte de la capital, donde recientemente identificaron que 13 fosas fueron vendidas bajo este mismo esquema.
¿Ha disminuido esta práctica?- se le cuestionó al contralor.
-Sí, estoy seguro de que la corrupción en los panteones con este gobierno ha disminuido, principalmente porque la presidenta nos ha dado la pauta y la libertad de fiscalizar esos nichos de corrupción.