Redacción/La Razón
El expresidente estadounidense Donald Trump ocultó al menos 700 páginas confidenciales de un centenar de archivos ligados a operaciones encubiertas, mismas que fueron recuperadas a inicios del año por el Departamento de Justicia, meses antes del cateo en la mansión de Mar-a-Lago, de acuerdo con Archivos Nacionales.
A las acusaciones por la irrupción de hace dos semanas e intentos de bloquear la revisión de documentos se suma otra polémica, pues medios estadounidenses como The New York Times expusieron que el mandatario retiró material ultraconfidencial de la Casa Blanca y lo trasladó a su residencia en Florida.
Dicho material fue devuelto al Departamento en enero pasado aunque también en ese momento se intentó evitar tal acción, según correspondencia entre la archivista interina, Debra Steidel Wall, y el abogado del magnate, Evan Corcoran, que fue revelada ayer por los Archivos.
En ésta los implicados hablan sobre archivos con sellos de “secreto máximo” y relacionados con programas especiales, ante lo que el jurista retrasó la devolución, al argumentar que requerían más tiempo para determinar qué documentos eran los que debían presentar, pues se expuso que hasta hubo diferencias con el magnate sobre si regresarían o no la información, lo que fue considerado como obstrucción, según la misiva.
Previo a dicha comunicación, el sector alertó a la Justicia estadounidense sobre el daño potencial ante una presunta violación a la custodia federal, en relación a la obtención, almacenamiento y traslado de los archivos secretos, pues recordó que al concluir el mandato de Trump éste ya no tenía poder para desclasificar información gubernamental, aunque el aludido sostiene que estaba protegido por el “privilegio ejecutivo”.
En la carta, fechada en mayo pasado, se da cuenta del verdadero volumen de los papeles guardados ilegalmente, pues se buscaban hasta 15 cajas de material confidencial, aunque el pasado 8 de agosto sólo se aseguraron 11, mientras aliados y la defensa del republicano calificaron de “sorpresivo” el allanamiento, pese a que sabían que hubo contactos previos para evitar tal irrupción.
Su equipo legal admitió que había total cooperación, pese a las negativas a concretar la entrega del material que finalmente fue decomisado, y se reportó que el entonces jefe de Estado era consciente de las acciones que cometía, pues él mismo revisó las cajas de almacenamiento poco antes de pasar la batuta presidencial a Joe Biden, lo que va en contra de las normas de protección que reclama Archivos Nacionales.