Inflación, deuda y riesgo de recesión, los retos globales: FMI y Banco Mundial

Redacción/El Economista

No podemos permitir que la inflación se convierta en un tren desbocado. Tenemos un mundo más volátil, con un futuro incierto por la guerra y la población se encuentra ya muy desgastada por tener que lidiar con nuevos choques, afirmó la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.

Si no tomamos acciones decididas para combatir la inflación, resaltó, tendremos consecuencias aún más graves y persistentes para las familias. Estamos en un dilema porque si se aplica una política muy agresiva, vamos a desacelerar de más a la economía. Pero si no actuamos oportunamente y aplicamos débiles paliativos, seguiremos permitiendo el avance de la inflación.

Con ella concuerda el presidente del Banco Mundial (BM), David Malpass, quien explicó que hay 70 millones más de pobres en el mundo tras la pandemia y advierte que son los más vulnerables para enfrentar el sombrío panorama que se aproxima.

En una conferencia conjunta que marca el inicio de los trabajos previos a las Reuniones Anuales del FMI y el BM, coincidieron en señalar que ha crecido el riesgo de una recesión.

Georgieva matizó que un tercio de las economías del planeta caerán en una contracción, una crisis que se agrava con la persistencia de la inflación.

Liquidez, otro riesgo

Malpass destacó que la incertidumbre mundial por los eventos geopolíticos puede encarecer el capital disponible en el mercado.

Hizo un llamado a las economías avanzadas para limitar la colocación de deuda en busca de que no se acapare el capital disponible en un momento de volatilidad, pues crea un sesgo en contra de los países en desarrollo.

En ese punto intervino Georgieva, quien recordó que esta aversión mundial al riesgo está propiciando el fortalecimiento del dólar, lo que también encarece las condiciones de financiamiento para las economías emergentes.

La crisis de la deuda

La directora gerente puso de relieve que las economías emergentes son las que se han visto más afectadas del entorno de volatilidad y que generan más preocupación por el incremento de sus deudas.

En ese momento intervino el presidente del BM, quien reiteró que los países enfrentan una quinta ola de crisis de deuda tras la pandemia.

Inflación, deuda y riesgo de recesión, los retos globales: FMI y Banco Mundial

Redacción/El Economista

No podemos permitir que la inflación se convierta en un tren desbocado. Tenemos un mundo más volátil, con un futuro incierto por la guerra y la población se encuentra ya muy desgastada por tener que lidiar con nuevos choques, afirmó la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.

Si no tomamos acciones decididas para combatir la inflación, resaltó, tendremos consecuencias aún más graves y persistentes para las familias. Estamos en un dilema porque si se aplica una política muy agresiva, vamos a desacelerar de más a la economía. Pero si no actuamos oportunamente y aplicamos débiles paliativos, seguiremos permitiendo el avance de la inflación.

Con ella concuerda el presidente del Banco Mundial (BM), David Malpass, quien explicó que hay 70 millones más de pobres en el mundo tras la pandemia y advierte que son los más vulnerables para enfrentar el sombrío panorama que se aproxima.

En una conferencia conjunta que marca el inicio de los trabajos previos a las Reuniones Anuales del FMI y el BM, coincidieron en señalar que ha crecido el riesgo de una recesión.

Georgieva matizó que un tercio de las economías del planeta caerán en una contracción, una crisis que se agrava con la persistencia de la inflación.

Liquidez, otro riesgo

Malpass destacó que la incertidumbre mundial por los eventos geopolíticos puede encarecer el capital disponible en el mercado.

Hizo un llamado a las economías avanzadas para limitar la colocación de deuda en busca de que no se acapare el capital disponible en un momento de volatilidad, pues crea un sesgo en contra de los países en desarrollo.

En ese punto intervino Georgieva, quien recordó que esta aversión mundial al riesgo está propiciando el fortalecimiento del dólar, lo que también encarece las condiciones de financiamiento para las economías emergentes.

La crisis de la deuda

La directora gerente puso de relieve que las economías emergentes son las que se han visto más afectadas del entorno de volatilidad y que generan más preocupación por el incremento de sus deudas.

En ese momento intervino el presidente del BM, quien reiteró que los países enfrentan una quinta ola de crisis de deuda tras la pandemia.