Capacitan a funcionarios de Guerrero para atender violencia de género

Chilpancingo, Gro.— En un estado donde ser mujer aún puede significar enfrentar burocracia, indiferencia y hasta violencia institucional, más de 3 mil funcionarias y funcionarios públicos fueron capacitados con un solo objetivo: aprender a ver la justicia con ojos de mujer.

Este miércoles concluyó el ciclo de conferencias magistrales “Reformas legales para una justicia con perspectiva de género”, impulsado por la diputada morenista Citlali Calixto Jiménez, en coordinación con la Fiscalía General del Estado. El esfuerzo —inusual en su alcance— incluyó nueve ponencias impartidas durante varias semanas por expertas y expertos en derecho, género y derechos humanos.

“No es un trámite, es una obligación ética”, dijo Calixto en su intervención final, y se refería a la urgencia de profesionalizar a quienes tienen en sus manos la atención a víctimas de violencia. “Se trata de garantizar que una mujer violentada encuentre respaldo en la autoridad y no vuelva a ser revictimizada”, sostuvo ante autoridades estatales.

La legisladora recordó que todo comenzó con un exhorto en el Congreso local para mejorar el trato a mujeres indígenas víctimas de violencia. “Ese llamado no se quedó en el aire”, dijo, y en efecto, terminó dando forma a un proceso de formación con impacto real en distintas dependencias.

En el acto de clausura, el fiscal general Zipacná Jesús Torres Ojeda reconoció públicamente el liderazgo de Calixto y admitió que la justicia sin perspectiva de género no es justicia. También celebró el trabajo coordinado entre instituciones, algo que —dijo— no siempre es fácil de lograr.

Entre los asistentes estuvieron representantes de las secretarías de Salud y Educación, así como fiscalías especializadas en feminicidios. Sin embargo, la pregunta que sobrevoló el auditorio fue otra: ¿servirá todo este conocimiento para cambiar la manera en que se atienden los casos de violencia?

En Guerrero, donde las cifras siguen alertando y los casos de impunidad son pan de cada día, la formación es apenas el primer paso. Lo que viene después es lo más complicado: convertir lo aprendido en decisiones, en empatía real y en justicia que no dependa del género.