Por Laura Patricia Hernández Carrillo
Fue el papa Urbano IV quien estableció la festividad de Jueves de Corpus en el año de 1264. Es este 16 de junio, en que la iglesia católica celebra y recuerda la Institución de la Eucaristía que Jesús realizó el jueves santo durante la última cena al convertir el pan y el vino en su cuerpo y sangre, sin duda esta fiesta es la más importante, porque la eucaristía es el regalo más grande que Dios ha regalado a los creyentes.
En Chilapa la fiesta de Jueves de Corpus, aunada a la festividad religiosa se celebra de una manera muy peculiar: las personas mayores recuerdan cómo se vivió esta tradición y cómo es que a través de los años esta fiesta se ha ido transformando. Hace 70 años, en cada hogar, en cada cocina, se disfrutaban los olores de cada uno de los ingredientes que servían para la elaboración de postres originarios de Chilapa: desde el pan elaborado a base huevo, mejor conocido como marquesote; las empanadas de camote morado y amarillo, otras más de arroz y espolvoreadas con canela, el niño envuelto, el bien me sabes y la sopa en vino, una delicia en la que los ingredientes estrella son el marquesote bañado con una infusión de canela y vino de consagrar que se decora con almendras y pasas formando figuras, se sirve en enormes platos y solía, en ese Chilapa remoto y nostálgico, obsequiarse a los amigos y familiares.
Actualmente son pocos los hogares que festejan esta tradición, sin embargo, en estos días, los panaderos y pasteleros han agregado a los tradicionales postres de Jueves de Corpus pasteles de limón de coco, empanadas de hojuelas con manjar y arroz, que se venden frente a la catedral este jueves desde hace aproximadamente 30 años.