
_Exigieron justicia por el asesinato del veterinario en el Estado de México_
*Alberto Gómez*
Médicos veterinarios, personas de la sociedad civil y activistas en favor de los animales, marcharon en Chilpancingo para exigir justicia por Héctor Hernández Caña, médico veterinario asesinado el pasado 9 de febrero en Tultepec, Estado de México, acusado de negligencia médica por los dueños de la mascota.
La movilización concentró a más de 50 personas que portaron prendas y globos en color blanco; además llevaron consigo veladoras en encendidas, pancartas y lonas con exigencia de justicia.

En entrevista, Montserrat Granados Galeana, perito en veterinaria forense de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero, condenó el homicidio de su colega y llamó a la sociedad a reconocer el trabajo de este sector y evitar hacerlos responsables por la muerte de sus mascostas, «que nos escuchen, que venimos a este mundo a salvar vidas, que nuestra misión es salvar vida de animales, no estamos en contra de la vida de los animales, estamos a favor de ellos», aseguró.
En la protesta, recordaron el caso del médico veterinario Victor Robles Espinoza, quien fue secuestrado y asesinado el 25 de octubre de 2024 en el puerto de Acapulco, por lo que exigieron justicia también para él y por los asesinatos de veterinarios en el país.

Uno de los veterinarios desconoció si existen casos en Guerrero como el que ocurrió en el Estado de México, pero reconoció que ha habido amenazas y extorsiones en contra de este gremio, por lo que solicitarán al gobierno estatal mayor seguridad a este sector.
Reveló que entre los veterinarios han recurrido a crear grupos de WhatsApp para alertar en caso de un peligro, además de que en sus negocios han instalado cámaras de seguridad para observar quien entra y si la situación representa un riesgo, no prestan el servicio.

Cabe recordar que el pasado 9 de febrero, el médico Héctor Hernández había realizado una cirugía a una perrita yorkshire de nombre Mía, para extraer un objeto que le obstruía el esófago, sin embargo, días después murió por la atención tardía de sus dueños.
Después de ello, el veterinario comenzó a recibir amenazas, acusándolo de negligencia médica, lo que ocasionó que lo atacaran con un arma blanca.
La marcha culminó frente al Ayuntamiento de Chilpancingo, ubicado en la explanada Primer Congreso de Anáhuac, en donde alzaron la voz para exigir justicia por el asesinato del veterinario.
