La transición histórica en México: de AMLO a Claudia Sheinbaum

Mí Perspectiva entre Líneas

Por Marfred Ángel

La política en México vive un momento sin precedentes. Con la conclusión del mandato de Andrés Manuel López Obrador, se cierra un capítulo clave en la historia reciente del país. Durante su sexenio, AMLO buscó transformar el tejido social y político de la nación, enfocándose en el proyecto de la  4T (cuarta transformación) que dividió opiniones, polarizando al país, pero sin duda marcó un antes y un después en la historia de México. Andrés Manuel sale de la presidencia nacional gozando de un alto nivel de popularidad, esto aunado a la confianza de la población en su proyecto de transformación del país, fueron factores desicivos para que, su sucesora, Claudia Sheinbaum Pardo tuviera un triunfo avasallador en las urnas el pasado 2 de junio.

La salida de Andrés Manuel deja muchas dudas y preguntas sobre sus logros, pendientes de solución, como lo es el problema de la delincuencia y los desafíos que tiene la República Mexicana, mismos que a partir de ahora enfrentará Claudia Sheinbaum.

El inicio de la presidencia de Sheinbaum no solo representa la continuidad del proyecto de transformación de López Obrador, sino un triunfo histórico para la lucha de las mujeres en México. Claudia Sheinbaum se convierte en la primera mujer en ocupar la presidencia del país, a 71 años de que se reconoció el derecho al sufragio femenino, promulgado un 17 de octubre de 1953 por el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines, la primera mujer presidenta de México es un hito que debe reconocerse como fruto de años de lucha feminista, de movilizaciones y de un largo camino hacia la equidad de género en un país que ha sido tradicionalmente machista y patriarcal.

Sheinbaum no es solo una mujer política; es una científica, su formación académica y su trayectoria como investigadora ofrecen una esperanza renovada para el país. Se espera que su enfoque gubernamental, este impregnado de rigor científico y un análisis, que conduzca a políticas públicas basadas en datos, con una visión a largo plazo que busque un desarrollo social inclusivo. Esta perspectiva es crucial para un México que aún enfrenta grandes brechas económicas, sociales y de género.

Este nuevo gobierno tiene la oportunidad de no solo profundizar en los cambios sociales que inició López Obrador, sino de hacer justicia a una deuda histórica que México tiene con sus mujeres. Los niveles de violencia de género, desigualdad salarial y falta de oportunidades son problemas que Sheinbaum no puede pasar por alto. La expectativa es que su liderazgo se oriente a cerrar estas brechas, desde una perspectiva feminista, pero también inclusiva para todos los sectores.

Claudia Sheinbaum carga con el peso de las esperanzas de millones de mexicanos que ven en ella un símbolo de cambio para la atención de las mujeres. Pero más allá de los símbolos, su reto es generar acciones concretas que transformen la realidad de México y, sobre todo, la de las mujeres. El país necesita políticas que protejan los derechos de todas, que impulsen su bienestar, y que generen una verdadera justicia social. Este es el momento en que Claudia Sheinbaum debe demostrar que, más allá de ser la primera mujer presidenta, es también la líder que tiene la oportunidad de resolver esta deuda histórica.

Su llegada a la presidencia es un logro que debe celebrarse, pero también es el punto de partida para una agenda de justicia y equidad que no puede esperar más. Si Claudia Sheinbaum puede dirigir su gobierno con la misma disciplina con la que ha ejercido su vida científica, y si su enfoque se mantiene en el desarrollo social inclusivo y el bienestar de las mujeres, entonces México estará en el camino correcto hacia un futuro más equitativo y justo para todos.

Hoy Claudia inicia su periodo de gobierno, con expectativas y esperanzas, después de sus seis años como presidenta sabremos con certeza sus logros y pendientes, el pueblo decidirá si hizo o no un buen gobierno y si se avanzó en la atención de las mujeres. La historia colocará en el lugar que le corresponda a la primera presidenta de nuestro país.